DISPONIBLIDAD DE ALIMENTOS & ECONOM ÍA FAMILIAR
Por: Salezio.Francisco • 22/3/2018 • 2.742 Palavras (11 Páginas) • 365 Visualizações
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El concepto de Seguridad Alimentaria surge en la década 70, basado en la producción y disponibilidad alimentaria a nivel global y nacional. En los años 80, se añadió la idea de acceso, tanto económico como físico. Y en la década del 90, se llegó al concepto actual que incorporada inocuidad y las preferencias culturales, y se reafirma la Seguridad Alimentaria como derecho humano.
- Disponibilidad de alimentos, es decir el suministro adecuado de alimentos a escala nacional, regional o local. Las fuentes de suministro pueden ser la producción familiar o comercial, las reservas de alimentos, las importaciones, y la asistencia alimentaria.
- El acceso a los alimentos, que puede ser acceso económico, físico o cultural, existiendo diferentes posibilidades para favorecer el acceso a los alimentos, siendo estos; el empleo, el intercambio de servicios, el trueque, crédito, remesas, vínculos de apoyo familiar, o comunitario existentes.
- El consumo de alimentos, principalmente influido por las creencias, percepciones, conocimientos y prácticas relacionados con la alimentación y nutrición, donde la educación y cultura juegan un papel importante.
- Utilización o aprovechamiento biológico de los alimentos a nivel individual o a nivel de población.
Entre los factores de riesgo asociados a una inadecuada utilización biológica están: la morbilidad, especialmente enfermedades infecciosas (gastrointestinales y respiratorias); falta de acceso a servicios de salud; falta de acceso a servicios básicos de agua potable y saneamiento básico; falta de prácticas y conocimientos adecuados sobre cuidado materno — infantil; prácticas inadecuadas de preparación, conservación, higiene y manipulación de los alimentos.
Toda la información relacionada a la nutrición es determinante para la toma de decisiones que mejoren la situación de salud de la población, la vigilancia nutricional debería ser considerada como una consecuencia de una política que el gobierno se haya comprometido a seguir para alcanzar los objetivos nutricionales, por ende, no se puede hablar de sistemas de vigilancia nutricional aislados de las políticas nacionales, ni se puede declarar objetivos para la vigilancia alimentaria nutricional fuera del marco político en el que se planee implementar el sistema.
Es necesario partir de lo siguiente: la problemática de Seguridad Alimentaria y Nutricional no es un tema de moda. Todo lo contrario. La desnutrición es un desafío para Guatemala, especialmente porque con los años este problema ha ido aumentando su población, al punto que hoy en día se manejen cifras de un 48.9% de niños menores de 5 años en riesgo de morir a causa de la desnutrición crónica.
Sin embargo, si la desnutrición es un problema que viene de hace muchos años, ¿por qué los gobiernos no han hecho algo para contrarrestarlo en vez de dejar que avance a pasos agigantados? A partir del gobierno de Álvaro Colom se creó la “Bolsa Solidaria” que en sus inicios tuvo el objetivo de fortalecer la seguridad alimentaria, la salud y la educación de los habitantes en pobreza extrema, de acuerdo a Luis Alberto Lima. Con el desarrollo del programa, estos objetivos fueron cambiando su razón de ser; las bolsas no llegaron a quienes realmente las necesitaban y se criticó que se limitaron únicamente al área urbana. A pesar del cambio de gobierno, las críticas a estos programas continúan, donde el objetivo principal pareciera ser más una estrategia de campaña y no una solución a una problemática. Un aspecto positivo de estos programas es que ha existido continuación de los mismos, a pesar que aún falte mucho para dar resultados significativos.
Durante la nueva administración se crearon nuevos programas en búsqueda de contrarrestar la problemática de seguridad alimentaria en el país. El proyecto más fuerte ha sido Pacto Hambre Cero en el cual participan 16 instituciones, siendo la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN) la coordinadora de los proyectos de desnutrición. El programa presenta entre sus objetivos combatir el hambre y promover la seguridad alimentaria y nutricional en los 166 municipios priorizados por el gobierno de Guatemala; reducir en 10% la prevalencia de desnutrición crónica en la niñez menor de 3 años; prevenir y reducir la mortalidad en la niñez menor de 5 años relacionada con la desnutrición aguda; y la prevención y atención a la emergencia alimentaria y nutricional del país.
Si se desea evaluar cuál ha sido el impacto y los posibles logros – o desaciertos- de este programa, es importante conocer cuáles son las causantes de que en el país la desnutrición aguda y crónica esté terminando con la vida de miles de niños y niñas.
DERECHOS A LOS ALIMENTOS
Desde sus inicios, las Naciones Unidas han establecido el acceso a una alimentación adecuada como derecho individual y responsabilidad colectiva. La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 proclamó que "Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación..." Casi 20 años después, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1996) elaboró estos conceptos más plenamente, haciendo hincapié en "el derecho de toda persona aun nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso la alimentación...", y especificando "el derecho fundamental de toda persona a estar protegida contra el hambre”. Así pues ¿qué diferencia hay entre el derecho a estar protegidos contra el hambre y el derecho a tener una alimentación adecuada? El primero de estos derechos es fundamental. Significa que el Estado tiene la obligación de asegurar, por lo menos, que las personas no mueran de hambre. Como tal, está intrínsecamente asociado al derecho a la vida. Además, no obstante, los Estados deberían hacer todo lo posible por promover un disfrute pleno del derecho de todos a tener alimentos adecuados en su territorio, en otras palabras, las personas deberían tener acceso físico y económico en todo momento a los alimentos en cantidad y de calidad adecuadas para llevar una vida saludable y activa. Para considerar adecuados los alimentos se requiere que además sean culturalmente aceptables y que se produzcan en forma sostenible para el medio ambiente y la sociedad. Por último, su suministro no debe interferir con el disfrute de otros derechos humanos, por ejemplo, no debe costar tanto adquirir suficientes alimentos para tener una alimentación adecuada, que se pongan en peligro otros derechos socioeconómicos, o satisfacerse en detrimento de los derechos
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